Cariño, desde la oscuridad de este rincón te escribo porque pienso en nosotros. Pienso en nuestro destino tortuoso, en nuestra cuerda floja, en nuestras vidas indecisas, en nuestros besos desesperados y desesperanzados a la vez, en el camino eterno que nos queda por recorrer, en el amor que creemos algún día renacer, en esos momentos de sólo tuyyo alegres que vivimos y tambien en los agrios de sabernos no coincidir en el presente.
Creer que nos queda una vida entera para amarnos es altamente esperanzador, atrevido, arriesgado y excitante. Pero nada de eso quita la amargura de no poder disfrutar el amor que siento aquí y ahora por ti. Suprimir mis manos y dejar de tocarte, coser mi boca y no volver a besarte, secar mi cuerpo para no sentirte dentro, apretar el corazón y encararte con la coraza de la esperanza futura es lo más dificil que nos puede llegar a pasar, pero nunca imposible.
La incertidumbre me come los dedos. Necesitaba estrujar todo este sentir y ablandar un poco el ladrillo. La vida se trata de esto, de lo amado, lo odiado y las necesidades y decisiones racionales ante circunstancias desfavorables.
No sé qué pasará, pero tengo lucidez y firmeza para decir que Te Quiero con todo mi corazón, que te busco por todos lados, que te extraño siempre, que eres el amor de mi vida y que la luna y el sol nos tiene guardados varios años más para amarnos infinitamente, tal como la historia que anoche me contaste.
Siempre estarás aquí, dentro mío, expectante. Siempre pensaré en ti, siempre presente Cariño, siempre.
=)
sábado, 16 de enero de 2010
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