lunes, 29 de diciembre de 2008

Verte Aquí

Un día él le escribió: "Es tan fácil que puedas mutar mis ojos, llenarlos de esas gotas cristalinas con forma hidrodinámica que suelen caer por las mejillas". Ella lo pegó en su pieza, cerca de la almohada, para leerlo antes de dormir o al despertar.

Esta historia te quiere contar que nunca fue más cierto ese "tan fácil" como ayer.

Comenzó a sonar "verte aquí" acompañada de dos seres que tomaban manzanilla.

Él cerró sus ojos y cantó ensimismado con cada acorde y letra de la canción. Mientras tanto, ella lo miraba detenidamente... De un plaf! a otro se llenó su espíritu de una sensación envolvedora que nunca antes había sentido. Se inundó de deseos de vivir con él día y noche, de tristeza por no poder cumplirlo aún, y alegrías por tenerlo ahí para poder contemplarlo y amarlo cuando quisiese. Así los ojos acumularon gotas principiantes (él no lo notó: cantaba a ojos cerrados).

Llena de su amor no encontró otra forma... tuvo que besarlo. En cada dulzura de sus labios los ojos le explotaban más y más. Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas hasta chocar con la de él y juntarlas, ojalá, para siempre.

Antes que se diera cuenta, ella le dijo para que no se sorprendiera: no te asustes... estoy llorando.
Él pensó que le ocultaba algo y que lloraba porque le dolía y no se lo podía decir. Pero se dio cuenta que no era nada de eso... ella simplemente lloraba por amor.

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